Cómo ya mencionamos en nuestro anterior blog dentro de los elementos señalizadores el color por sí mismo es un elemento que nos permite asociar un estado/situación y según sea el color de la señal saber cómo debemos actuar.
Entonces ¿cómo se genera el color?
El color no es una propiedad física de los objetos. Se trata de un proceso biológico que realizan nuestros ojos y el cerebro. En el proceso debe haber una fuente emisora de radiación electromagnética que “ilumine” la escena, un receptor que capte esta radiación y un procesador que interprete los resultados. Por lo que el ojo es un dispositivo receptor de ondas electromagnéticas que responde a un cierto tipo de radiación.
(Fuente: La Percepción del Color José Cortés Parejo. Abril 2000)
Los colores no solo se aplican en el campo de la señalización también nos evocan asociaciones que se estudian incluso en el marketing de productos con la finalidad de asociar su marca o el consumo de productos. Según dónde apliquemos el color debemos tener en cuenta el significado que queremos transmitir para que nuestro mensaje llegue de manera adecuada a nuestro destinatario. En el caso concreto de los elementos señalizadores que deben atraer para poder alertar de la situación que se está produciendo (ya que hablamos de casos concretos dónde pueden producirse accidentes o que deben identificar claramente en qué situación se encuentra el proceso) los colores habituales, su significado y actuación son los siguientes:
Rojo
Significado: Peligro o emergencia
Actuaciones: Intervención inmediata ante la situación que se está produciendo
Ámbar
Significado: Atención, se está produciendo una situación anormal
Actuaciones: Se requiere intervención de control
Verde
Significado: Estado correcto, funciona con normalidad
Actuaciones: No se requiere actuación
El hecho de que exista un código de colores universal permite establecer unos estándares que permitan una correcta actuación y evitar así posibles equivocaciones no dejando margen a la improvisación y saber el método de actuación en cada momento.
Cómo sabemos los colores no solo sirven como señal de alerta, sino que también (aunque no nos percatemos de ello) existe una relación biológica con las sensaciones que nos producen, de ahí que también sean bien estudiados y aplicados en campos tan diversos como el marketing, publicidad, … con la finalidad de que el producto también nos transmita con el color la idea que se quiere vender. También encontramos otro campo en que el color tiene un papel central, el de la psicología del color:
«Goethe fue el precursor de la psicología del color. En su tratado se opuso a la visión puramente física y matemática de Newton, proponiendo que el color depende también, en realidad, de nuestra percepción, en la que se halla involucrado el cerebro, y de los mecanismos del sentido de la vista. Aquí hay que reconocer que el genio alemán se columpió bastante, ya que Newton sí que había prestado atención a estas cuestiones, a diferencia de los físicos contemporáneos del propio Goethe, contra los que podría haber arremetido con más razón. Pero, aun así, sus comentarios al respecto revisten un gran interés»
Fuente: psicologiadelcolor.es/johann-wolfgang-von-goethe-y-la-teoria-del-color/
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